Exposición “Rapto”, de Ai Weiwei
Inclusivo.
Si tuviera que elegir una sola palabra para describir la exposición rapto de Ai Weiwei en la Cordoaria Nacional, me quedaría con esta: inclusiva.
Sí, todos estamos molestos, estamos mental y físicamente enfermos. Estamos exhaustos, sin esperanza, prácticamente náufragos en medio de hechos y noticias diarias que se han deteriorado mucho, o que van muy mal, como dirían los portugueses.
Pertenecer, sentirse incluido y “seguro”, aunque sea ilusorio, se ha convertido en una especie de necesidad de anclaje, la más deseada.
Al salir de la exposición, en éxtasis, me sentí acogida e incluida.
Para quienes ya lo han visto, puede parecer una sensación confusa o extraña, después de todo, casi todos los problemas que atravesamos están clara y explícitamente presentes allí. Vídeos de trayectorias trágicas, refugiados por el mundo, escenas de represión china, derrumbes y muertes de niños, guerras, catástrofes medioambientales, pandemias, etc.
Todo lo que nos persigue está a la vista, abierto de par en par. Como el enorme rollo de papel higiénico de mármol, un extraño símbolo de nuestro egoísta instinto de supervivencia.
Estas representaciones deberían haberme hecho sentir incómodo, pero me hicieron sentir bienvenido. Todos mis fantasmas ya no son personales. Vivimos en una pesadilla colectiva.
Y la única salida es a través de un sentido de comunidad.
Las piezas grandes y macizas, elaboradas por muchas manos, refuerzan la idea de que la única posibilidad de éxito vendrá del trabajo en equipo. Como un equipo deportivo en un barco de refugiados, nuestra fuerza reside en el colectivo. La libertad solo existe realmente cuando todos son libres. No hay otra salida.
Además de mostrar y retratar nuestros males, Weiwei nos invita a actuar y reflexionar.
El arte y la vida son inseparables, por mucho que los críticos a lo largo de la historia afirmen lo contrario. Vivir es un acto político y por lo tanto el arte es siempre político.
No hay otra manera.
Inclusión. Colectividad. Libertad.
¡Sí, todo es político!
Qué suerte tenemos de vivir en un mundo donde existe Ai Weiwei.
La exposición estará abierta hasta el 28 de noviembre de 2021.